9/10
Cierre glorioso de Nolan a la franquicia.
23 January 2013
Warning: Spoilers
En 2012 Nolan tenía la dificil misión de hacer una secuela y una parte final de su saga que igualara en calidad a sus trabajos anteriores y para ello realizó junto con su hermano Jonathan y David S. Goyer un guión que cerrara como un círculo la historia de su Batman y lo logró, tomando elementos de las dos cintas pero sobre todo de la primera para abordar más aún el conflicto de la personalidad y misión de Batman y Bruce Wayne cuestionada por sus colegas Fox, Gordon y Alfred; y crear villanos que estuvieran a su altura tanto física como intelectualmente y Bane y Selina Kyle (Mejor conocida como Gatúbela) fueron la mejor elección que tuvieron los Nolan y Goyer, sobre todo de Bane que en realidad vendría siendo la personalidad de la mitad de rostro destruido de Dent en Batman; un ser con una fuerza superior, con un plan de anarquía fascista impresionante y una sed de venganza latente. Y al igual que con las anteriores entregas, Nolan nos hace una muestra de una decadencia social sin reales líderes que sólo puede llevar al colapso que vivimos como en éstos momentos. Tampoco Nolan nos podía dejar sin sus ya conocidos y bien logrados giros de tuerca respaldando su título de mago cinematográfico. Nolan consigue una dirección prácticamente perfecta brindando credibilidad a través del poco uso de CGI sobre todo para los extras (usó a 11 mil para la escena del partido de fútbol), dirigiendo a su reparto para que cada personaje de lo que tenga que dar, y poniendo la piel de gallina con sus escenas tanto por escenas de acción como dramáticas, con un manejo del ritmo de manera cardíaca.

Histriónicamente hablando ningún actor le roba la cámara a otro, cada quien cumplió su papel de una manera muy entregada y satisfactoria. Christian Bale como Batman recupera un poco el protagonismo que le robó el Joker de Ledger y físicamente logra recordarnos que no es lo mismo Batman que ocho años después (o cuatro en realidad) pero su experiencia y hechos que marcaron lo vuelven más fuerte. Bale refrenda el por qué Nolan lo escogió y que es el mejor Batman que ha tenido el séptimo arte. Tom Hardy está en el papel que lo marcará con un antes y un después en su carrera (que Nolan lo empujó a ello desde El Origen) no sólo por ser el villano sino porque realiza un papel estupendo infundiendo el carácter incorruptible del Bane de los comics y cuya actuación facial se basaba sólo en sus ojos logrando infundir en ellos la rabia y maldad de aquel mercenario. Anne Hathaway quizás no supere a la Catwoman de Burton, pero es distinta tanto en su psique como personalidad lo que hace de ella un personaje no muy parecido al de Batman Regresa siendo en la cinta de Nolan una mujer no villana ni heroína sino como una mujer poderosa y bella que busca obtener sólo lo que quiere y Hathaway la interpreta perfectamente. Quienes igual nos brindan una actuación de la que ya nos tienen acostumbrados son Marion Cotillard con un personaje inesperadamente importante, Joseph Gordon Levitt que tiene mayor protagonismo que el que pensamos, Michael Caine que ésta vez tiene menor participación que en las entregas anteriores pero que nos sigue cautivando y conmoviendo, Gary Oldman que ahora toma más la batuta reflexiva de los camaradas de Batman, Morgan Freeman que como siempre no falla en sus interpretaciones, Matthew Modine que si bien es un personaje secundario es el mayor reflejo del humano en la cinta y que es la conexión más directa que ha tenido Kubrick con Nolan (Modine protagonizó Cara de Guerra con un personaje apodado Joker).

Visualmente hablando el equipo tradicional de Nolan compuesto por Wally Pfister (Director de fotografía), Lee Smith (Edición), Nathan Crowley (Diseño de Producción), James Hambidge y Naaman Marshall (Dirección Artística) crean un trabajo sobrio y perfecto. La dirección de fotografía de Pfister que en Inicia tenía colores naranjas y en El Caballero de la Noche azueles utiliza en ésta cinta una paleta de colores grisasea adecuada para colorear de desesperanza y frío al entorno de Ciudad Gótica y Batman y en esta ocasión, filmando con una mayor cantidad de metraje IMAX, Pfister utiliza encuadres en su mayoría muy abiertos para aprovechar el recurso de la calidad de la cámara. La edición de Smith por primer vez en la saga utiliza flashbacks que fueron bien utilizados y su trabajo es el detonante que el ritmo de la cinta tenga ese alcance adrenalínico en los espectadores. Crowley hace un excelente trabajo al volver a hacer la mansión Wayne como la quería Bruce (reconstruirla piedra tras piedra y ampliar la Baticueva) y crear sets subterráneos impresionantes. Qué decir del trabajo artístico que mantiene el espíritu moderno y minimalísta de Nolan. Tampoco hay que dejar los más que satisfactorios efectos especiales y visuales que nos regalaron una credibilidad ante las escenas de acción muy bien logradas y diseñadas.

La música de Hans Zimmer podrá ser criticada como ruidosa pero lo amerita quizás para que nos toque más el corazón esta película. En ésta ocasión, trabajando sin James Newton Howard, Zimmer vuelve a brindarnos temas característicos para los nuevos personajes y adaptando los de las cintas pasadas a los mismos para crear una banda sonora consistente y que honra a la saga.

Esta cinta es el cierre perfecto de una saga que expandió un genero y que le dio un alcance inimaginable. Tal vez no llores en la cinta como varía gente lo ha hecho (o tal vez sí) pero te aseguro que el corazón te palpitará con este desenlace minuto a minuto.
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